Ingredientes:
- 250 g de contramuslos de pollo deshuesados
- 1 diente de ajo
- Perejil fresco picado
- 50 g de queso (yo eché San Simón pero del que tengáis por casa)
- 1 huevo grande
- Pan rallado
- Harina
- 1 cebolla
- 1 vaso de vino blanco (200 ml más o menos)
Elaboración:
Troceamos el pollo y el queso y lo ponemos en una picadora con el ajo, la picamos menudita, pero con cuidado ya que no es una picadora de carne.

Una vez picada, lo mezclamos con el huevo, un poco de perejil y un par de cucharadas de pan rallado, lo compactamos bien y lo dejamos media hora o más en la nevera para que sea más fácil de embolar sin que se rompan.

Una vez emboladas las pasamos por harina y las freímos en abundante aceite caliente. Salen unas 12 albóndigas de entre 25-28 g.

Para la salsa cogemos dos o tres cucharadas del aceite con el que hemos frito las albóndigas que ya tiene un poco de harina y sofreímos la cebolla picadita en brunoise fina. Cuando está bien dorada añadimos dos cucharadas de harina sin parar de revolver para que no haga grumos y añadimos el vino y las albóndigas para que cojan sabor, de jamos reducir el vino y si es necesario añadimos un poquito de agua, lo que nos pida para aligerar un poco la salsa.

Escuchando a Nickelback