Esta receta es tan fácil que solo la pongo en el blog por si no se os ha ocurrido. Yo he de confesar que no se me ocurrió a mi sola, alguien me dijo que tomaba el mango con pimienta y a mi me pareció que con pimienta rosa el resultado sería más sabroso que con pimienta normal, efectivamente el resultado fue mucho mejor.

También se me ocurrió, que si el mango no lo  iban a tomar menores le podíamos dar un toque de ron.

Además el ron es vegano, hasta lo que yo sé, pero casi todas las marcas de bebidas fuertes son veganas, así que también es un postre cruelty free.

Ingredientes:

• 1 mango
• Pimienta rosa
• Ron negro o el que os guste más.

Elaboracion:

Lo más complicado de esta receta es sacarle el hueso al mango, sobretodo porque a mi se me ha antojado ponerlo en rodajitas, no en cuadrados como encontráis en la mayoría de los videos  Le damos un corte longitudinal y otro transversal hasta topar con el hueso, en ambos casos. El mango nos queda dividido en 4 partes, que con cuidado y paciencia podemos separar sin hacer mucho estropicio, sobretodo después de sacar el primer cuarto.

Después viene otra complicación, pelarlo, ya que los mangos como están ricos es maduros y la piel es muy dura, así que habrá que usar un cuchillo muy afilado y volverse a armar de paciencia y, cuidado de no cortarnos.

Una vez hechos los 4 cuartos los cortamos en rodajitas, si alguna no nos gusta para presentar, nos la comemos.

Cubrimos las rodajitas de mango con ron, una a una, con una cucharita, lo justo para que chupe un poco, no queremos que nadie se emborrache con el postre y luego le echamos la pimienta rosa recién molida, al gusto.

Decoramos con una hoja de menta y bolitas de pimienta rosa, que os confieso que cuando se empapan con el ron, a mi me gusta comérmelas.

La pimienta rosa es una especie muy bonita y un sabor agridulce que hace que sea muy compatible con los dulces, pero tiene cardanol que puede ser tóxico en grandes dosis. ¿Qué quiere decir esto? Que no debemos comer pimienta rosa a cucharadas, pero que es perfectamente comestible en su uso gastronómico.

Escuchando a Eric Clapton