
Lo primero que os voy a contar es el porqué del nombre. A mi retoño el curry no le acaba de convencer, así que empecé a hacer este pollo que lleva curry pero en muy poca proporción y mezclado con otros aromas que atenúan su sabor y así hasta moja el pan.
Por cierto,¿sabéis como se llaman esos trozos de pan que se echan en la salsa para disfrutar hasta la última gota? Mánfanos.
Ingredientes: (4 pax)
- 2 pechugas de pollo limpias y deshuesadas
- 200 ml de leche de coco
- 200 ml de nata
- 200 ml de tomate frito
- 1 cucharada sopera de curry
- 1 cucharada sopera de jengibre
- 1 cucharada sopera de eneldo
- 1 cucharada sopera de pimentón dulce o picante (a gusto)
- 1 cebolla
- 4 dientes de ajo
- Sal/pimienta
- AOV
Elaboración:
Cortamos las pechugas en cubos de unos tres cm, los salpimentamos y reservamos.
Cortamos la cebolla y los dientes de ajo en brunoise menuda, vertemos en una sartén grande o en una cazuela plana un generoso chorro de aceite de oliva suave y doramos los ajos y la cebolla, cuando estos empiecen a tomar color, echamos el pollo y lo sellamos moviendo para que tome color por fuera, esto nos tomará unos 5´. En la misma sartén echamos el tomate, la leche de coco y la nata. Cuando rompan a hervir bajamos el fuego y echamos los aromas, que si queremos podemos haber mezclado antes y verterlas juntas, siempre teniendo cuidado con el pimentón que no haga grumos. Revolvemos bien para que se mezclen los sabores y rectificamos de sal si fuese necesario. Dejamos cocer el conjunto a fuego medio entre 20-30´.
Lo hemos acompañado de unos espárragos verdes salteados con ajo y perejil y arroz basmati.
Escuchando a Linkin Park