
Esta receta la hice el año pasado por la Virgen del Pilar, se me ocurrió investigar un poco en la cocina aragonesa que he de reconocer que desconozco bastante, y me topé con los Suspiros de amante, y me gustó más lo que rodea a la receta que la receta en si misma, aunque hay que reconocer que una vez hecha, al probarla es para suspirar de gusto. Como habéis podido imaginar, los suspiros, que son un bocado ideal para un café o un brunch, están hechos en honor a Los amantes de Teruel, Dña. Isabel de Segura y D. Diego de Marcilla. Como todas las historias de amor eterno es una historia triste que acaba en muerte. Me imagino que si el amor es para siempre es porque mueres joven o porque acaba la película .Diego e Isabel eran dos jóvenes que estaban enamorados, pero él era el segundo de los hermanos, por tanto no tenía herencia, así que el padre de Isabel no lo quería para marido de su hija. Pero conmovidos por su sincero amor y ante una diferencia tan clara en su condición social, la familia de Isabel dio un margen de cinco años al muchacho para conseguir hacer fortuna. Los enamorados se prometieron fidelidad y espera durante esos 5 años. Pero D. Pedro de Azagra, hermano del poderoso señor feudal de Albarracín, se enamora de ella y pide su mano a su padre. A punto de cumplir el plazo otorgado a D. Diego, llegan noticias de que ha sido derrotado en la batalla, no está claro si vivo o muerto, y claro, Isabel accede a los argumentos de su padre y se casa con D. Pedro. Justo al día siguiente de la boda, D. Diego regresa a Teruel con el único propósito de encontrarse con su amada. Nada más llegar, se entera que ya se ha casado y va a pedirle explicaciones. Ella le dice que creía que estaba muerto y él, herido de amor, le pide que le dé un beso. A punto de dárselo, ella retira su cara y le dice que está casada y que no puede ser desleal a su marido. D. Diego, le pide que sea lo último que haga porque después del beso morirá. Ella le pide que se vaya y él, en cuanto desaparece de su vista, cae al suelo muerto.Al día siguiente le hicieron las exequias fúnebres que le correspondían como buen caballero medieval a D. Diego de Marcilla. Al entierro acudió Dña. Isabel y delante de todo el pueblo le dio a su amado el beso que la noche anterior le negó. En ese mismo momento cayó muerta sobre él. Celebraron un entierro común y D. Pedro de Azagra, esposo de Isabel, se quitó su alianza de casado y la puso en el dedo ya sin vida de D. Diego diciéndole: “este anillo te pertenece a ti, yo nunca debí llevarlo puesto”, y ordenó que los enterraran en el mismo mausoleo, para que pudieran pasar toda la eternidad juntos.
En fin, una tragedia.Pero los bocaditos están de muerte. Así que vamos a lo importante, la receta.
Ingredientes:
- 100 g de mantequilla en punto de pomada
- 50 g de azúcar
- 2 huevos
- 8 quesitos
- Azúcar glass
- 30-35 mini tartaletas
Elaboración:
Lo más complicado es hacer las tartaletas, haré una entrada del blog explicando las distintas masas y como se hacen. Pero si queréis ahorrar tiempo lo mejor es comprarlas hechas, pero eso si, que sean neutras, que no sean saladas. Las neutras sirven igual para dulce salado, y en este caso minis, porque es un bocadito.
Una vez dicho esto no puede ser más fácil.
La mantequilla se deja a temperatura ambiente hasta que tenga ese punto de pomada, se mete en el vaso de la batidora y se mezcla bien. Para rellenar las tartaletas yo lo deposito en una manga pastelera sin boca, y le corto un agujero muy pequeño, solo la puntita de la manga, rellenamos las tartaletas al borde, y las metemos solo por arriba en el horno precalentado a 200º durante 10 – 15´, como siempre os digo, depende del horno.
Una vez hechas, se dejan atemperar y se espolvorean con azúcar glass, yo además las adorné con un corazón de chocolate.
Lo bueno de esta receta es que puede ir con queso y mantequilla sin lactosa para los intolerantes.
Hoy los he vuelto a hacer, y he mezclado canela con el azúcar glas, siguen estando de muerte.

Escuchando El vicio del duende